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Limpiar me pone feliz

28 Jun

Hace unos días me dediqué a limpiar mi cuarto, fue tarea difícil decidir porque no tenía ganas, y me sentía cansada por desvelarme y levantarme temprano. A fin de cuentas lo hice, tengo un pequeño mueble que esta al pie de mi ventana, tiene puertas deslizables y una madera en medio. En ese «closet» guardo todos mis libros, trabajos de la escuela y otros cachivaches. Tengo libros de tercero de primaria hasta segundo semestre de preparatoria, exámenes, engargolados, folders, revistas, un vestido de quiceañera, una máquina de escribir eléctrica, un balón de baloncesto , unos zapatos para tae kwon do, mochilas, estambre y muchos cuadernos, ¡ah! también hay polvo y pelusas XD.

Perdido en el librero...

Siempre me pone de buenas limpiar ese mueble porque tengo cosas que me hacen recordar buenos tiempos, saqué una obra de teatro que escribí junto con otra compañera (MaFer), he aquí una probadita:

Hada Envidia: ¡Jorge Jaime Elrico! Debes ayudarme (mira la caldera)

Elrico: [sarcástico] ¡noo, es un POZOLE!

Hada Envidia: me odias, estas preparando pozole, [paranoica] ¡quieres que engorde más! me veo gorda! ¡Por que todos piensan eso!

Elrico: (se queda mirando a Envidia con desdén) [enojado] ¿Qué te pasa envidia, por qué has venido a mi casa?

Hada Envidia: ¿Que no puedo visitarte Jaime Elrico? ¿No te es grata mi visita?

Elrico: (sarcástico de nuevo) si, claro que lo es, pero ya ¡¿QUÉ DEMONIOS QUIERES?!

Hada Envidia: Verás, hay un príncipe que ¡Yom! esta…

Elrico: He he, ¿hablas del pozole verdad?

Hada Envidia: No, del príncipe

Elrico: (irritado) Te vuelvo a hacer la misma pregunta ¿Qué quieres? Si buscas a alguien para contarle todas tus piñaventuras allá esta el hada chismosa, anda anda, ve para que le cuentes todo lo que desees

Si, me encantó escribir esa obra porque cada papel encajaba con la personalidad de las personas, los hacía ver graciosos aunque estuvieran enojados, como Elrico 😀

También encontré cuentos, uno de mis favoritos es éste:

…Mientras abrazaba a la pequeña pasmada, manchando de sangre su blanco e inmaculado kimono, cuando Yaeko se soltó de los brazos de su padre y fue corriendo a lavarse la sangre sintiendo que estaba contaminada, se metió a una pequeña bañera con todo y ropa, se frotaba el kimono y su cuerpo pensando que limpiaría su mente y sus recuerdos, que se borraría aquella amarga experiencia. Ella salió de la tina y se metió a la cama, como si no hubiera pasado nada, pero siempre un relámpago de aquel recuerdo tan fresco interrumpía su ligero sueño, intentando de nuevo volver a dormir, hasta que el sueño la venció…

Mis libros de la primaria están cubiertos de marcatextos, sobre todo los de historia. Mi letra era horrible y no se le entendía nada, mejoré un poco pero sigo creyendo que tengo letra fea, y la mayoría de mis trabajos eran a mano. En ese entonces no tenía computadora y todo lo sacaba de las planillas y enciclopedias. Mi madre siempre ha sido estricta en ese sentido, le gustaba que sacara todo de libros, pero ahora no le hago mucho caso…

Y vi una hoja, era del primer día en la secundaria, tiene fecha del 20 de agosto. Todavía lo recuerdo bien, vimos el taller que le había tocado al grupo y era el de secretariado -u ofimática, suena mas «nice»- las máquinas de escribir, según la maestra, llevaban veinte años en la escuela, eran grandes y el primer día que escribí en ella me dolieron las manos, tenías que presionar las teclas con fuerza. Es una costumbre que no se me ha quitado hasta ahora. En otra hoja encontré la planeación de un proyecto de biología, la maestra  que nos daba esa asignatura se parece a Dolores Umbridge – La de Harry Potter y la Orden del Fénix-, la misma sonrisa y los colores para vestir, me da tanta risa cuando veo la película y la recuerdo a ella.