De obsesiones y pasatiempos

Me considero una persona bastante imprudente y loca, irreverente, en pocas palabras. Como toda persona maniática que hay en este mundo, tengo mis adicciones. Me gusta hablar de ellas a pesar de que no son buenas, son como relaciones pasadas, sabes que todavía hay algo, puedes caer y ser aparentemente feliz o resistirte y angustiarte. Algunas las he dejado, otras no, pero aun causan efectos en mí, me traen buenos recuerdos -la mayoría-

Es curioso como inician mis obsesiones, sobre todo las musicales. Primero escucho una canción y digo «Oh, esta padre…» pero luego la canción no se me quita de la cabeza, sé que tengo que escuchar otra. Lo hago, escucho más de ese artista y me enamoro totalmente. Y cada canción que escucho me gusta más que la anterior e investigo acerca del artista o grupo. Y se convierte en un pasatiempo, aprenderse las canciones, ver los videos… y me han traído cosas buenas, si no fuera por Linkin Park sería un verdadero asco en el inglés, saberme las letras sin tener idea de lo que decía a mucha gente le parecía tonto, pero realmente me ayudó a conocer otras cosas. Mis gustos musicales merecen otra entrada, una para cada banda… XD

Soy una maldita loca, lo sé. :$

Una costumbre que he tomado es dormirme tarde. Me gusta estar despierta en la madrugada, puedo escuchar mis propios pensamientos y escribir tranquila, las ideas fluyen con más facilidad sin el calor que hace en el día, el silencio también me ayuda. En mi casa las tardes son todo un desastre, sobre todo en vacaciones, todos están aquí y hacen mucho ruido, gritan, ponen música y prenden la televisión, es muy molesto, es casi imposible sentarme a escribir porque me interrumpen y solamente me frustro.

También me gustaba mucho leer en la noche, a la luz de las lámparas de la calle. Me encanta, a veces disfrutas más de algo cuando es «prohibido» que cuando no lo es. Mi vista es mala, necesito lentes; pero si no fuera por esas noches en las que me desvelaba leyendo, probablemente no estaría escribiendo esto. Y se me ha quedado el hábito de leer y escribir, que es lo que más disfruto.

La escuela también es mi vicio, si paso más de tres días sin ir me vuelvo loca, no sé en que entretenerme. Me gusta ir porque hay mucha gente a la que realmente quiero, amigos de años y otros recientes que han sido un apoyo para mí cuando lo necesito, aprender más cada día, y divertirte; es como sentirte libre -es libertad, no libertinaje-